La madera es un material muy común en el País del Sol Naciente. Su uso es especialmente importante en la vida cotidiana, tanto en la industria de la construcción, donde se utiliza en la construcción de edificios, como en la mayoría de los objetos domésticos.
La variedad de situaciones climáticas con vientos fríos polares y corrientes marinas subtropicales, dada la ubicación y la extensión territorial de 3.000 km, determina unas condiciones de crecimiento forestal igualmente variadas en las diferentes vertientes, dando lugar a especies arbóreas autóctonas con maderas especiales cuyas propiedades son especialmente adecuadas para aplicaciones específicas.

Bruno Taut, el célebre arquitecto alemán, escribió en su tratado El hogar y la vida en Japón, redactado durante su estancia en los años 30 en el país del sol naciente: "El aristócrata entre los árboles del bosque es el ciprés japonés, llamado hinoki, fuerte y bello, de grano fino y con una delicada fragancia que dura dos años o más. Esta madera es la más noble y preciosa y, por tanto, adecuada para usos exclusivos".

En el hogar japonés, la bañera tiene una profundidad de unos 60 cm, de modo que puede sumergirse hasta los hombros de una persona sentada. Según la tradición, la bañera es de madera, en una de las esencias especiales particularmente resistentes al agua: hiba - hinoki - koyamaki - nezuko - sawara. Otra cualidad sustancial de estas maderas originales japonesas es la fragancia que desprenden al contacto con el agua caliente y el vapor, infundiendo emociones olfativas agradables e indelebles.

Se trata de coníferas especiales conocidas como árboles de 'aguja-hojas'. Las esencias especiales de los goboku, cinco árboles típicos de las regiones de Kiso e Aomori, están dotadas de diversas propiedades que influyen positivamente en el bienestar y la salud. Sin embargo, estas propiedades difieren de un tipo de madera a otro, por lo que se recomienda una cuidadosa selección de la madera ideal según los requisitos funcionales y estéticos individuales.

Llegados a este punto, debemos mencionar también el arte del bonsái, en el que es muy popular el cultivo de árboles goboku, habituales en Japón. Para la representación armoniosa de los elementos naturales en forma de miniatura, el hinoki y la hiba son especies leñosas especialmente adecuadas, de las que existen innumerables ejemplares de bonsai de gran belleza.

Gracias a la presencia de fitoncidas como el hinokitiol, que pertenecen a la familia de los terpenos (sustancias evaporantes), las maderas de estas coníferas desprenden una fragancia característica de larga duración y tienen efectos relajantes y antibacterianos, comparables al concepto japonés de "baño en el bosque" (shinrin-yoku o respirar el aire regenerador del bosque).

Estas esencias también contienen alfa-pineno, alfa-cadinol y borneol, que tienen un efecto relajante en el cuerpo, especialmente en condiciones de fatiga; también refuerzan las ondas cerebrales alfa, reducen la presión arterial y ayudan a aflojar la secreción mucosa del asma (en asmáticos). Por ello, el aroma especial de estas maderas ayuda a que el cuerpo y el alma se relajen en una agradable sensación de bienestar.

Para mantener la función y la belleza de las bañeras es necesario seguir unas sencillas reglas. La madera de las coníferas del goboku es especialmente resistente al agua y, además, la construcción de las bañeras se basa en la experiencia y las técnicas de trabajo desarrolladas por nuestros artesanos durante muchos años. Al utilizar madera "natural", se puede disfrutar de la agradable sensación del tacto y la vista de uno de los materiales más respetuosos con el medio ambiente, especialmente en una circunstancia en la que el cuerpo está totalmente desnudo, como es el caso durante el baño. Los beneficios terapéuticos de un baño caliente en una bañera de madera japonesa han sido objeto de estudios científicos, que han podido confirmar varios efectos favorables en el organismo producidos por los compuestos químicos disueltos.
En cuanto a los aspectos visuales y prácticos, el uso de la madera natural y sin barnizar también responde a la visión o estética japonesa, basada en la aceptación de la fugacidad de las cosas y la contemplación de la imperfección (wabi-sabi).

Es prácticamente imposible expresar el concepto de wabi sabi con palabras, si acaso se puede intuir. Para los interesados en explorar este concepto, sugerimos la lectura de las siguientes publicaciones: Leonard Koren, Wabi-Sabi para artistas, diseñadores, poetas y filósofos, 2008 y Beth Kempton, WABI SABI El camino japonés hacia una vida perfectamente imperfecta, 2019.